El mundo de la logística se encuentra en constante evolución y enfrenta desafíos significativos, especialmente en el ámbito de la logística de frío. Uno de los retos más destacados es el impulso hacia la sostenibilidad en los procesos logísticos, aunque aún hay un largo camino por recorrer en este sentido.
Es importante tener en cuenta que no todos los procesos logísticos pueden considerarse «no sostenibles», pero sí requieren mejoras y cambios reales. En este contexto, la tecnología desempeña un papel fundamental para impulsar procesos más eficientes y sostenibles. Especialmente en la logística de frío, el impacto de la tecnología puede ser doble, tanto desde una perspectiva sostenible como económica.
La logística de frío está experimentando un crecimiento notable, especialmente en la distribución de productos agroalimentarios y en la industria farmacéutica en constante crecimiento. Los procesos logísticos en este campo son especiales y requieren atención tanto en el almacenamiento como en la manipulación y transporte de los productos. La cadena de frío debe mantenerse intacta en todo momento, lo que exige a los operadores logísticos de frío contar con sistemas de refrigeración activos y monitorizados constantemente.
Sin embargo, uno de los principales desafíos que enfrenta la logística de frío es el alto consumo energético y su dependencia del suministro de energía para mantener la cadena de frío durante todo el proceso logístico. El aumento constante de los costos energéticos ha generado una situación difícil para los operadores, ya que los clientes no asumen de inmediato los cambios en las tarifas, lo que ha llevado a que las empresas absorban las constantes subidas de precios.
Además de los costos energéticos, las instalaciones de logística de frío son costosas y complejas de mantener. La inversión inicial en la adaptación de almacenes, áreas de carga y descarga, así como en vehículos, si son necesarios para la distribución, representa un desafío económico significativo. El monitoreo constante de las instalaciones es esencial debido al alto consumo de energía, y cada vez cobra más importancia el control de las emisiones generadas.
Actualmente, existe una tendencia hacia el «frío pasivo» en ciertos tipos de distribución, como los productos perecederos y farmacéuticos. Este enfoque reemplaza el vehículo como generador de frío por cajas isotérmicas equipadas con acumuladores de frío, que preservan la temperatura requerida por el fabricante y pueden mantenerla durante hasta 96 horas. Este enfoque no solo reduce los costos energéticos, sino que también permite utilizar medios de transporte menos costosos, como el camión en lugar del avión para distribuciones nacionales.
La trazabilidad es otro aspecto crucial en la logística de frío. Las regulaciones en este ámbito son más estrictas debido a la naturaleza de los productos, que están destinados al consumo humano. Los operadores logísticos especializados en frío se enfrentan al desafío de garantizar la trazabilidad, lo que implica el uso de sondas de temperatura y otros elementos de IoT conectados a vehículos y cajas isotérmicas para transmitir información sobre el estado del producto, como la temperatura y la humedad. La implementación de estas soluciones no es sencilla y conlleva costos de implantación y mantenimiento, que a menudo deben ser asumidos por los propios operadores.
La gestión de datos es otro desafío importante para las empresas logísticas de frío, ya que la trazabilidad y la cadena logística generan un volumen de datos considerablemente mayor en comparación con las operaciones logísticas convencionales. La gestión segura y efectiva de estos datos es esencial debido a la sensibilidad de las mercancías transportadas. Además, existe una creciente necesidad de una mayor digitalización que permita una gestión más proactiva de la cadena logística. La implementación de algoritmos de Inteligencia Artificial para la gestión y planificación operativa es una necesidad que está surgiendo, aunque los operadores logísticos deben decidir cuándo y cómo invertir en esta área o esperar a que la actividad madure y los márgenes comerciales se recuperen.
En resumen, la logística de frío enfrenta desafíos significativos, desde los altos costos energéticos hasta las inversiones necesarias en infraestructura y tecnología. La sostenibilidad medioambiental es otro desafío que se suma a la ecuación. Sin embargo, estas dificultades también generan oportunidades para buscar alternativas como el «frío pasivo» y adoptar soluciones tecnológicas para mejorar la eficiencia y la trazabilidad. A medida que la industria avanza, es fundamental encontrar un equilibrio entre la sostenibilidad, la rentabilidad y el cumplimiento de las regulaciones, lo que permitirá un futuro más prometedor para la logística de frío.